10 COSAS QUE NO SABIAS DE LAS MASCARILLAS FACIALES

Pasado el verano, no sólo nuestra piel necesita algún que otro cuidado extra, sino que también, ahora que llega el frío, más de una noche apetece cambiar el maquillaje, los tacones y los vestidos por el pijama, las zapatillas y una buena sesión de spa casero.

Este mes no hemos centrado en las mascarillas capilares y faciales, hemos hablado de los mejores productos, de sus beneficios, de como usarlos, etc. y hoy te contamos 10 cosas que probablemente no sabias de las mascarillas faciales.

1. La frecuencia con la que se debe aplicar una mascarilla depende de cada piel y del ambiente. La pieles secas, por ejemplo, sufren más en invierno, por lo que es conveniente intensificar el tratamiento en esta época del año.
2. Los beneficios que nos pueden proporcionar las mascarillas aumentan si antes abrimos los poros, de esta manera pueden penetrar y arrastrar todas las impurezas con más facilidad. Para ello basta con lavarse el rostro con agua tibia o someterlo unos minutos a un baño de vapor de agua.
3. El mejor momento para usar una mascarilla es poco antes de ir a dormir. El proceso natural por el cual la piel se auto-repara se produce mientras dormimos y mucho mejor si antes la hemos surtido de nutrientes.
4. Puede resultar contraproducente dejarlas trabajar más tiempo del recomendado. Cuando se resecan empiezan a absorber más agua de la debida dejando la piel deshidratada. Por el contrario, una mascarilla muy hidratante puede acabar obstruyendo los poros.
5. Antes de usar una mascarilla por primera vez, no está de más hacer una pequeña prueba en algún punto del rostro para comprobar que no nos produce ningún tipo de reacción alérgica.
6. Las mascarillas de papel pueden ser tan efectivas como las de crema, además, dado lo fáciles que son de aplicar y transportar, son de gran ayuda cuando no se dispone de mucho tiempo o cuando se está de viaje.
7. No hay que olvidarse del cuello, su piel es tan delicada como la de la cara, además la mayor parte del año está igual de expuesta que ésta a los factores externos.
8. No todas las mascarillas valen para cualquier tipo de piel. Cada piel necesita algo diferente y no todas reaccionan igual ante los diferentes ingredientes. Especialmente las pieles atópicas deben ser cuidadosas en este sentido.
9. Podemos dividir en tres fases la actuación de las mascarillas de arcilla. En la primera, la piel absorbe sus beneficios, durante la segunda, cuando empieza a secarse, se estimula el flujo sanguíneo y finalmente, en la tercera, cuando ya se ha secado, empieza el proceso de deshidratación que hemos comentado y por tanto hay que retirarla.
10. Las mascarillas faciales ayudan a qué el resto de productos cosméticos sean más efectivos. Usarlas con regularidad asegura que la tonificación, hidratación y protección de la piel se produzca a un ritmo mucho mayor de lo que tales productos podrían conseguir por si solos.

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