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Los estereotipos son pasajeros, y prueba de ello es que cada vez son más los hombres que se decantan por los aromas florales, más dulces y menos especiados, cercanos a las preferencias femeninas. Todo ello obedece a la nueva mentalidad impuesta por los grandes imperios de las fragancias más reconocidas, donde la idea que mejor vende es aquella en la que el hombre que muestra interés por su imagen de igual forma que lo hace la mujer, es un hombre más masculino.
El hombre huye así de lo clásico y convencional en busca de una colonia única y diferente. Los creadores de perfumes ven en ello una buena forma de rentabilizar el sector, creando aromas cuya composición no se parezca en nada a la tradicionalmente utilizada. Es por ello que las maderas y especias más fuertes y densas, dejan paso a notas florales y afrutadas mucho más frescas y ligeras que convierten a la clásica colonia para hombre en un perfume único y diferente, con un toque ligeramente femenino.